Cerca de setecientas personas participaron ayer en Lluc de la Diada de la Família que organiza la delegación diocesana de familia de la diócesis de Mallorca, un encuentro con el que la Iglesia quiere destacar la importancia de la institución familiar y poner de manifiesto su apoyo a la familia, a la que considera como la cédula fundamental de la sociedad.
Como ya viene siendo tradicional al concluir la misa presidida por el obispo Jesús Murgui bajo la carpa del Acolliment y que empezó puntualmente a las 11 de la mañana, los matrimonios que este año cumplen sus bodas de oro y plata, 33 y 25 parejas respectivamente, recibieron un pequeño homenaje de la diócesis y del centro de orientación familiar, organizadores del encuentro.
El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, se refirió a la familia como «un regalo» y a los matrimonios duraderos como un «testimonio de fidelidad y de convivencia que transmite la fe a los hijos». Se mostró satisfecho por la participación de las numerosas familias en las jornadas y les animó a continuar «amándose» como lo han hecho hasta ahora. La diada diocesana de familia se ha convertido ya en toda una tradición y se celebra cada año por estas fechas en la carpa del Acolliment en Lluc.