J. M.SASTRE
Justo al lado del parque municipal de Manacor, ahora. está ahora el
teatro, la Policía Local y el parque infantil donde los nuevos
manacorins juegan en los juegos infantiles. Este lugar era en 1936
el cementerio viejo. Actualmente la gente pasa por este lugar de la
ciudad y casi nadie sabe que «fue uno de los pricipales puntos de
fusilamiento masivo de Manacor, un verdadero campo de exterminio»
durante los años de la represión franquista.
Ayer unas 200 personas sacaron los colores a Manacor realizando la denominada «Ruta de la Vergonya» por la capital del Llevant y Porto Cristo, un itinerario que consistió en visitar los lugares del termino municipal que fueron escenario del capítulo más negro de la historia local del siglo pasado.
Un grupo de vecinos de Manacor decidió organizar esta ruta de la verguenza que hace un mes recorrió las calles de Palma, con los objetivos de explicar lo que ocurrió, «curar» para siempre «la enfermedad del olvido y la verguenza», hacer un homenaje a los muertos y apoyar a los vivos «que aún lloran» y también por la necesidad «de volver atrás todo lo que no queremos que vuelva a pasar».
La ruta comenzó ante el Ajuntament de Manacor, un edificio donde Franco fue delcarado hijo adoptivo de la ciudad y también el lugar donde el alcalde Antoni Amer Garanya «fue humillado y maltradado» antes de ser fusilado. La ruta contiuó hacia los juzgados que fue utilizado como prisión y llegó hasta el cento en sa Bassa donde están los edificios que los franquistas requisaron a la CEDA, UR y ERB, desde el balcón de estos últimos, el conde Rossi realizó sus proclamas fascistas. La ruta sigui hacia la escuela de sa Graduada (centro de detención ilegal y tortura), el ya mentado cementerio viejo, Son Coletes y concluyó en Porto Cristo donde se visitó el monumento por la victoria fascista y el militar.
El acto contó con la presencia de testimonios vivos que sufrieron en sus carnes la represión. También asistieron las regidoras del PSOE y del PSM de Manacor y dirigentes de ERC y de EU-EV.