PEDRO AGUILÓ MORA
El Ajuntament de Llucmajor está ultimando las bases del concurso de
adjudicación de las obras de rehabilitación del claustro del
convento franciscano de Sant Bonaventura y en apenas treinta días
procederá a su convocatoria. Fuentes municipales han apuntado que
la futura empresa adjudicataria deberá ejecutar los trabajos de
reforma en un periodo máximo de dos años. El proyecto de
restauración del conjunto arquitectónico monumental del siglo XVII
ha sido redactado por los arquitectos Melchor Miralles y Pere
Rabassa. El presupuesto disponible para adecentar el edificio
asciende hasta los 4,9 millones de euros. Tres han sido
subvencionados por el Govern y los 1,9 restantes los ha aportado el
Ajuntament de Llucmajor.
El claustro de Sant Bonaventura cuenta con una superficie de 2.572 metros cuadrados repartidos en tres plantas que las obras anexionarán a otros 958 pertenecientes a la casa de Ca'n Ripoll: un edificio contiguo al convento franciscano y que servirá de entrada al recinto albergando un vestíbulo, servicios, ascenso para minusválidos, un auditorio, una sala de proyecciones, oficinas, etc. En cuanto a las dependencias del claustro, sus ocho dependencias darán cabida al Centre d'Estudis Pare Boscana y del Centre de Noves Tecnologies de Llucmajor.
Por otra parte, durante los trabajos de peritaje del claustro los técnicos hallaron un centenar de tejas pintadas y diversas pinturas murales que actualmente están siendo estudiadas por profesores de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y por el prestigioso arqueólogo, durante muchos años director del Museu de Mallorca, Guillem Rosselló Bordoy. Tras la desamortización de Mendizábal en la primera mitad del siglo XIX, el claustro de Sant Bonaventura pasó a tener diversos usos tales como matadero público, cuartel de la Guardia Civil, Juzgado de Paz, etc, hasta que durante la primera legislatura de Lluc Tomás (PP) en el Ajuntament de Llucmajor, se decidió salvar el claustro de Sant Bonaventura de la ruina convirtiéndolo en un centro cultural.