A. BASSA
El muelle de Cala Bona cambiará totalmente su fisonomía gracias a
un ambicioso proyecto que tiene en marcha la Conselleria d'Obres
Públiques del Govern y que prevé la conversión de la primera línea
del muelle en un espacio para la circulación de peatones y la
pavimentación de la zona portuaria del núcleo costero de Son
Servera. Un proyecto que tiene un coste de 3.037.857 euros.
«Estamos muy satisfechos de esta gran inversión que supondrá una
mejora muy importante para el núcleo ya que se potenciará la zona
turística sin perder el encanto que aún conserva como muelle de
pescadores. Es una reivindicación de comerciantes y hoteleros de la
zona para hacer más atractivo el núcleo costero». Así lo valoró el
alcalde de Son Servera, Damià Ripoll (PP).
El proyecto, que se llevará a cabo este año, tiene por objeto limitar la circulación de vehículos en la zona portuaria y crear zonas de paseo para residentes y turistas. La actuación se desarrollará en el tramo del frente marítimo del muelle de Cala Bona con una área de actuación de 700 metros de longitud. La reforma prevé la demolición del muro actual y la creación de uno nuevo que permitirá aumentar la amplitud del muelle. El diseño del nuevo muro permite aumentar la anchura del muelle y se revestirá toda su extensión con una tarima de madera.
Además, se ha proyectado la creación de una zona de paseo a nivel del muelle actual y la construcción de un nuevo local destinado a diferentes usos. Por otro lado, habrá un paseo superior que incluirá: un carril bici, zonas verdes, zonas de sombra y terrazas para bares y restaurantes. Está previsto cuatro tipos de pavimentos que permitirán diferenciar el uso y determinar las zonas ambientales.