J.M. SASTRE
La llovizna, el cielo tapado y el frío provocaron que la romería a
Sant Blai «Sense fum» contara con menos asistencia que en las
ediciones anteriores. En cualquier caso, centenares de vecinos
desafiaron al tiempo y salieron a las diez de la mañana a pie, en
bicicleta o en patinete hacia el oratorio para bendecirse con los
aceites curativos de Sant Blai.
Una vez en el oratorio y tras recobrar fuerzas con coca y bebida a cargo del Ajuntament, se celebró una misa en el jardín de las palmeras a la que asistieron la mayoría de integrantes del Consistorio encabezados por el alcalde, Andreu Prohens.
Tras terminar la celebración, los más pequeños se lo pasaron en grande con los juegos infantiles organizados por los monitores de catequesis. Esto fue poco antes de la comida de hermandad de una gran paella solidaria en beneficio de las víctimas del «tsunami» del sureste asiático. También se celebró un sorteo de la obra al óleo «Aigües innocents», de la artista Eva Choung Fux.
El oratorio y la exposición vivieron una jornada de puertas abiertas.