No queda prácticamente arena. Lo que hace unos años era un rincón paradisiaco merecedor del reconocimiento de la Unión Europa, es hoy un lugar abandonado. El temporal de principios del mes de diciembre ha hecho mella en Cala Agulla. Hoy, una de las playas más bellas de Mallorca, ofrece un aspecto lamentable, la arena prácticamente ha desaparecido y la suciedad va acumulándose en todos los rincones. Una situación que ha sido denunciada reiteradamente por los hoteleros de la zona, los vecinos y en múltiples ocasiones por la oposición.
Ante esta degradación constante, el alcalde de Capdepera , Joan Ferrer (PP), ha decidido tomar cartas en el asunto y en estos días se ha reunido con el director general de la demarcación de Costas, Víctor Torres, para exigirle una intervención urgente. «La situación va de mal en peor. Hemos mantenido una serie de conversaciones con el delegado de Costas para trasladarle el malestar existente en la zona. Pedimos que de respuesta a las inquietudes compartidas por vecinos, hoteleros de Cala Rajada, a ser posible antes del abril, que es cuando empieza la temporada turística», manifestó Ferrer.
El primer edil añadió que «Cala Agulla ya había sufrido los efectos del temporal de noviembre del 2001 pero su estado ha empeorado a raíz de las últimas lluvias que han arrasado la arena . A día de hoy ofrece un aspecto lamentable». Ferrer considera que «simplemente se trata de utilizar la arena que está acumulada en la zona y a través de unas mangueras esparcirla. No es una cosa compleja y no va en contra del medio ambiente. En la península cuando hay una tormenta en dos días la playa queda regenerada».