C. VENY
El apuntalamiento y posterior clausura del centro de adultos ubicado en el antiguo cuartel militar de Manacor se ha traducido en múltiples deficiencias y carencias en el sistema educativo del Centro de Educación de Persones Adultas (CEPA) de la ciudad. Esta situación «caótica» ha sido denunciada ahora por los profesores y también por los alumnos del centro de Llevant. A raíz del cierre del centro de adultos por amenazar ruina, a principios de este curso académico, los profesores y los alumnos fueron reubicados en los institutos de Mossèn Alcover y Na Camel·la. No obstante, la incompatibilidad horaria, además de un espacio insuficiente e inadecuado, han obligado al centro de adultos a eliminar todas las clases que se impartían por la mañana y a concentrarse todas por la tarde. Este cambio afecta a más de cien alumnos, algunos de los que se han dado de baja.
«Más de un centenar de alumnos que se habían matriculado inicialmente en el turno de mañana, se han visto obligados a darse de baja o pasarse al horario de tarde», explicó uno de los profesores del CEPA, Jaume Escalas. Este profesor actuó ayer como portavoz del resto de personal docente y quiso expresar el malestar que padece el colectivo a raíz del cierre del centro de adultos.
De hecho, el claustro de profesores ha enviado una carta a la Coselleria d'Educació y al Ajuntament de Manacor para que «hagan un esfuerzo definitivo para salir de un panorama negativo que sólo supone poner dificultades al proceso de aprendizaje de nuestros alumnos». En estos momentos, la escuela de adultos está desmembrada y repartida en tres espacios diferentes: los dos institutos de secundaria de Manacor y el antiguo cuartel militar. De hecho, la administración aún está en el edificio en ruinas.