NEUS LÓPEZ
La III Trobada d'Artesans de Terra y el III Mercat d'Antiguitats
que ayer domingo se dieron cita en el Passeig Jaume III de
Llucmajor sufrieron los efectos de la tormenta de truenos, rayos y
lluvia que cayó alrededor de las dos y media de la madrugada. Los
más afectados fueron los artesanos de tierra. Los toldos de tela de
varios puestos se convirtieron en bolsas de agua, acabaron cediendo
por el peso y dañaron las mercaderías colocadas debajo. Otros, con
más suerte, sólo tuvieron que secar y vaciar de agua los
enseres.
Maria Oliver, ceramista y organizadora de la Trobada explicó que a pesar de que la lluvia había arrastrado piezas de cerámica de un lugar a otro los daños habían sido mínimos, con la ruptura de unas pocas piezas. En cuanto a los anticuarios, la carpa los protegió del mal tiempo, aunque algunos de los que estaban colocados en casetas de al lado sufrieron goteras. La brigada municipal se puso a trabajar a las siete de la mañana para arreglar los puestos dañados lo más rápido posible. A partir de las 10.00 se abrió la Fira y la afluencia de público fue notable.
En el Mercat d'Antiguitats, los visitantes pudieron disfrutar de una variación de objetos antiguos como muebles, joyas, cuadros o estatuas, entre otros. Respecto a la artesanía de tierra cabe señalar que no tan sólo hubo participación de artesanos de diferentes pueblos de Mallorca como Pollença, Marratxí (Pòrtol), Santanyí o el mismo Llucmajor, sino también de otras zonas de España como Jaén, Cuenca o Zamora y de Francia, de Ste. Eulalie, en total, 32 representantes. En la Fira hubo una especial atención para los niños y se organizó una obra de teatre con «teresetes» y una fiesta ecuestre en el recinto ferial.