Las olas del mar rompen de forma directa contra el muro de la piscina pública que hasta ahora disfrutan en exclusiva el periodista Pedro J. Ramírez y su familia en la Costa de los Pinos, en el municipio de Son Servera. Como denunció el Lobby per la Independència, y pudo comprobar ayer este diario, eso impide de forma efectiva el derecho de paso para el dominio público marítimo-terrestre, aunque éste quedó garantizado teóricamente con la entrada en vigor de la Ley de Costas en 1988.
Además, sobre la piscina hay una barandilla que delimita la propiedad y que parece no ajustarse a lo que la legislación vigente estipula, al no respetar los seis metros de distancia mínima de la zona de tráfico público de esta área costera. De hecho, el muro exterior de la instalación invade incluso el agua y hace imposible recorrer este tramo de costa a pie. Este cierre garantiza la privacidad de las personas que habitan la casa. Cabe señalar que fue legalizada en 2001 con una concesión de uso público cuando Matas era ministro de Medio Ambiente.
Para llegar a la franja de terreno de dominio público que rodea la casa del periodista y su compañera sentimental, la diseñadora Àgatha Ruiz de la Prada, es necesario bajar un pequeño camino que se encuentra en muy malas condiciones. El vial, a diferencia de muchos otros que se ubican en esta urbanización y que son también de titularidad pública, se encuentra en un estado lamentable. El camino, que empieza a la Avenida dels Pins y llega hasta la mar presenta un estado de absoluto abandono.