La próxima parada del tren de la línea Palma-Manacor no está en ninguno de los municipios que cubre el servicio sino en el calendario. En el mes de septiembre para ser más exactos. Esta es la fecha en que Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), empresa pública adscrita a la Conselleria d'Obres Públiques i Transports, fijó la reapertura de la línea hasta la capital del Llevant después del descarrilamiento del convoi en Petra el pasado día 14 de marzo.
Tras el accidente el Govern decretó el cierre del servicio ferroviario entre Inca y Manacor para comenzar unas obras de emergencia que han consistido en asegurar un total de 19 trincheras para evitar otros desprendimientos de taludes sobre las vías además de otras intervenciones.
Actualmente, las obras están en Petra en lo que es la recta final hacia Manacor. En la localidad se están realizando espectaculares movimientos de tierra junto a la carretera de Santa Margalida, con decenas de operarios trabajando en diversas tareas y palas y camiones de hormigón haciendo transportes. Según explicó el gerente de Serveis Ferroviaris, Rafel Pons, las obras consisten en colocar muros de mampostería (pared seca) sobre un encofrado perdido de hormigón que aguanta la pared y contiene los taludes. Con esta intervención, se logra que las trincheras del tren estén más integradas con el paisaje y la tipología tradicional de Mallorca, sobre todo, con el embellecimiento que supone el forro de pared seca.
En Petra, además, ha habido un problema añadido. El nivel freático estaba muy alto y pasaba cerca de la vía a causa del escaso diámetro de los tubos de drenaje colocados inicialmente. «Esto era muy peligroso porque podía haber causado un desplazamiento de tierras y por lo tanto de la vía o el desprendimiento del talud», comenta un encargado de la obra. Para evitarlo, también se ha tenido que cambiar todo el sistema de drenaje de agua.
Una vez concluidas todas estas obras mayores, se procederá a acondicionar la vía que en algunos puntos se ha contaminado, sobre todo, en los lugares donde las máquinas han tenido que trabajar sobre ellas. «Se trata de hacer una limpieza y bateo de los carriles, reparar las sujeciones y volver a perfilar y alinear la topografía y eliminar tensiones», indica Rafel Pons.