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Alcúdia

Miles de devotos veneran al Sant Crist en la procesión de la Trienal de Alcúdia

Rememoran el milagro de 1507 en que el Sant Crist lloró sangre al tiempo que llegaba la lluvia en un año de brutal sequía

Los devotos del Sant Crist se cuentan por miles y llegan procedentes de toda la comarca.

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Tres años de espera para venerar al Sant Crist de Alcúdia dan para acumular muchos sentimientos, de modo que los fieles derrochan fe y devoción en una procesión, la de la Trienal, que hizo vibrar ayer Alcúdia, coincidiendo con la fiesta de Santa Ana. La de ayer fue una procesión menos sufrida que de costumbre, ya que el fuerte calor característico de estas fechas dejó paso a unas gotas de lluvia, lo que facilitó a los penitentes la tarea de cumplir las promesas hechas al Sant Crist en los últimos tres años, en muchos casos realizar el recorrido con los pies descalzos, otros, con los brazos en cruz. La lluvia permitió, eso sí, revivir con más fe que nunca el milagro que en 1507 presenció el pueblo de Alcúdia cuando en un año de sequía llevaba en procesión al Sant Crist a la cueva de Sant Martí. El Cristo comenzó a llorar sangre mientras se desataba la lluvia. Desde entonces la devoción por el Sant Crist fue en aumento hasta el punto de que se decidió poner orden y permitir únicamente la salida del Cristo en procesión una vez cada tres años por la fiesta de Santa Ana, un día después de Sant Jaume, dando así paso al nacimiento de la Trienal alcudienca.

Esta procesión, única en Mallorca por su periodicidad y por realizarse en la época de más calor y a la hora de más calor, las 12 de la mañana, tiene además otras singularidades. Sólo los sacerdotes nacidos en el pueblo están capacitados para llevar la talla que van portando por turnos a lo largo de todo el recorrido. Tras ellos, seguía al Sant Crist el obispo, Jesús Murgui, que presidió por primera vez la misa solemne de la Trienal. Hasta Alcúdia se desplazaron miles de fieles además de algunos representantes de la política estatal y autonómica como el delegado del Gobierno, Ramón Socías, y el presidente del Parlament, Pere Rotger. Completaron el recorrido junto a las autoridades locales.

El silencio y la devoción dejan paso en algún momento del recorrido a las lágrimas que los más devotos vierten en honor al Sant Crist d'Alcúdia. Dignas de mención son también las distintas paradas que realiza la procesión a las puertas de las casas de fieles enfermos o impedidos que no pueden desplazarse junto al Cristo y que realizan auténticos esfuerzos para tocarlo. Pasada ya la Trienal los alcudiencs tienen hoy la mirada puesta en el futuro. Tendrán que esperar de nuevo tres años para revivir el acontecimiento, en 2007 coincidiendo además con el quinto centenario del milagro.

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