La gestión municipal de Artà quedó ayer por la tarde totalmente bloqueada. Estaba anunciado y se hizo efectivo. Las advertencias del equipo de gobierno (UIA-PSOE) no dieron sus frutos. La oposición (PP, UM, EU-EV) tras una defensa de su postura durante 20 minutos cada grupo, emitió su voto en contra: siete frente a los seis votos del gobierno. La larga lista de acreedores con facturas de un año atrás sin cobrar, tendrá que esperar. La situación es, a día de hoy, alarmante. No hay refinanciación de créditos y, por lo tanto, no hay posibilidad de pedir otro préstamo más.
La alcaldesa Margalida Tous defendió la necesidad de aprobar este documento, partiendo de la base que «son unos presupuestos muy realistas que reflejan la situación actual del Ajuntament y con los que se da una salida a los pequeños y grandes acreedores del Ajuntament, pues hay una refinanciación de crédito y un nuevo crédito de 490.000 euros que permite hacer inversiones». El regidor del PP Bartomeu Palmer criticó el hecho que se defendiera que se trataban de unos presupuestos muy realistas. «Con respecto a los del año pasado, estos son más bajos en un 3,5% y lo mal que nos ha ido». También hizo referencia a que «en la partida de ingresos se han subido las tasas y en cambio se recaudará menos dinero». También se criticó la demora en los presupuestos.
Por su parte, Miquel Sebastià Moll (UM) se refirió a que «no han contemplado en el documento dos de nuestras demandas. Por un lado, pedíamos una auditoría y, por otro, una compensación de deudas. Además, el estudio de refinanciación es teórico. Pan para hoy y hambre para mañana». En el turno de EU-EV, Julen Adrián defendió el hecho de que «no se ha tenido en cuenta la participación ciudadana. También se prevé la venta de solares públicos cuando nuestra filosofía es la de patrimonio de suelo urbano. Tampoco ha habido voluntad de llegar a un consenso».