G.VICENS
Las nuevas Normas Subsidiarias redactadas por el PP y aprobadas el
pasado lunes en pleno, permiten un aumento de 39.000 vecinos más.
Actualmente, el término municipal tiene 17.000 habitantes y la
normativa fija el techo poblacional en 56.000 habitantes. En
cambio, las normas redactadas por el pacto de la pasada legislatura
incluían un tope de techo de 36.000. De hecho, los partidos de la
oposición criticaron las nuevas normas, porque «están hechas a la
medida de los urbanizadores y promotores».
Miquel Julià (UM) manifestó que «no he podido adivinar cuál es el criterio de las normas, pero son muy desarrollistas». Pere Massutí (PSOE) dijo que las normas «están llenas de contradicciones y errores» y añadió que «se han tenido más en cuenta los intereses privados de determinadas personas que no el interés general». Por su parte, Miquel Vidal (PSM) explicó que «se eliminan los aspectos proteccionistas. Son unas normas de retroceso en las que se aumenta la edificabilidad». Por último, Nicolau Barceló (EU-EV) indicó que «la política de la derecha es dejar hacer. Hacen las normas del PP, no las del Ajuntament. No se ha ofrecido consenso con la oposición y sí a los promotores y particulares».
El delegado de Urbanisme, Joan Bordoy, rebatió las acusaciones y explicó que «la nueva normativa pretende consolidar los núcleos existentes, regular detalladamente los aparcamientos privados y reducir la edificabilidad en suelo rústico común a los 14.000 metros cuadrados». En referencia a Cas Concos y s'Horta, dijo: «Compensamos de la mejor forma posible los urbanizables, mucha gente nos ha reclamado más crecimiento».