El alcalde de Pollença, Joan Cerdà (UM), se comprometió ayer a conseguir a medio plazo una bandera azul para la playa del Port, que en estos momentos está catalogada de excelente por las analíticas de la Conselleria de Salut i Consum del Govern balear. De esta manera, según Cerdà, queda zanjada la polémica que causó a principios de junio un informe sobre la calidad de las aguas de baño publicado por la Comisión Europea basado en analíticas de agua de 2003 y que alertaba de que «tres playas de Pollença no eran aptas para el baño».
«Nuestro objetivo es conseguir una bandera azul para el Port dentro de los próximos cuatro año y para ello pedimos al adjudicatario de las playas que haga una serie de inversiones como instalación de duchas o vestuarios, mientras que el Ajuntament se encarga de la mejora del saneamiento y la depuración de las aguas», indicó Joan Cerdà. El alcalde realizó ayer estas declaraciones durante la colocación de las dos banderas azules que han obtenido Cala Molins y Cala Barques por la buena calidad de las aguas y los servicios de baños, duchas, socorristas y puntos de vigilancia que ofrece a los usuarios. Una de las novedades es que la playa de Formentor vuelve a recuperar la bandera, que el año pasado perdió a causa de las obras que se realizaban en el litoral.
El adjudicatario de Cala Molins y Cala Barques, Antoni Cerdà, explicó: «En estos momentos la calidad del agua es muy buena». «El problema que tenemos en Cala Barques es la pérdida de arena a causa del temporal de 2002», añadió. La Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) es la encargada de otorgar las banderas azules siguiendo los criterios que marca la Fundación Europea de la Educación (FEE). Los municipios presentan sus candidaturas a las comunidades autónomas, que son las encargadas de hacer llegar las solicitudes a la ADEAC, que a través de un jurado se encarga de adjudicar las banderas. Posteriormente, un tribunal internacional se encarga de hacer una segunda evaluación.