El paseo marítimo de Can Picafort amaneció ayer desnudo de mesas y sillas después de que los propietarios de los bares hayan acatado la orden de la Demarcación de Costas de Baleares de desalojar esta zona de tránsito. La medida, que ha acabado totalmente con la imagen que en los últimos treinta años había caracterizado a esta zona turística, supone además un grave varapalo para los restauradores que en la mayoría de los casos se han visto obligados a despedir parte del personal, contratado hace un mes, para atender las terrazas.
En algunos casos los restauradores habían realizado además inversiones en la compra o mejora del mobiliario de terraza, cojines, mesas y sillas ahora amontonadas en los almacenes. Contra la orden de Costas poco se puede hacer ya. El Ajuntament presentó un recurso contra una primera denegación de ocupación del paseo marítimo que fue desestimado hace ahora una semana y no cabe presentar un nuevo recurso. No obstante, según informó ayer el alcalde pedáneo de Can Picafort, Miquel Ordinas, «nos consta que los propietarios de los bares tienen previsto recurrir la decisión y, por supuesto, nos pondremos de su parte».
El Ajuntament ya había anunciado su decisión de no sancionar a los restauradores si decidían mantener sus terrazas, pero ante las inspecciones recientes de personal de Costas que levantó actas de infracción contra cerca de cincuenta afectados, todos, sin excepciones han decidido desocupar el paseo.