El teniente de alcalde del Ajuntament de Pollença, Bartomeu Cifre (PP), baraja la posibilidad de trasladar el mercado dominical de la plaza de Pollença a la entrada del pueblo durante los cuatro meses de más calor, entre junio y septiembre. Bartomeu Cifre confirmó la noticia esta misma semana y aunque el alcalde Joan Cerdà (UM-UNPI) siempre se ha mostrado contrario a esta idea, indicó que entre las medidas de remodelación del mercadillo se plantea, a petición de los usuarios, la posibilidad de reducir el número de puestos en la plaza durante los meses de calor dando un mayor protagonismo a las terrazas de los bares. Así, la mayor parte de las paradas se situarían en la vía Argentina entre los meses de junio y septiembre.
Según el teniente de alcalde del Ajuntament de Pollença, si finalmente se ejecuta esta propuesta permanecerían en la plaza durante los meses de más calor sólo los puestos que comercialicen productos artesanales, mientras que el resto se trasladarían a la citada avenida Argentina. «De forma excepcional, coincidiendo con acontecimientos como la patrona, el mercado dominical ya se trasladaba a la vía Argentina», explicó Bartomeu Cifre, quien añadió «hay mejores accesos y más sombra». En opinión del teniente de alcalde del Ajuntament de Pollença, el único impedimento para el traslado sería el paso del autocar que quedaría cortado pero «eso es un problema que se soluciona», apuntó.
Por otra parte, el teniente de alcalde del Ajuntament indicó que «la gente aprovecharía más las terrazas de los bares en la plaza». Al teniente de alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre, no le salen las cuentas de la recaudación del mercado dominical de Pollença hasta hace un año a cargo del ex concejal socialista Pere Capó. El nuevo equipo de gobierno ha aprobado sistema de tarifas que pasa a cobrar por año y módulo a cada puesto en lugar de por día y metro cuadrado como hasta ahora. Según Cifre, los precios no se han incrementado, sólo se ha modificado la forma de tarifar por lo que debería recaudarse lo mismo que hasta ahora pero se prevén 23.920 euros frente a los apenas 10.000 euros de años anteriores, algo que achaca, entre otras causas, a que «el anterior regidor pagaba directamente de la caja y sin factura al personal que se ocupaba del mantenimiento».