«A Sant Blai sense fum». Este fue un año más el espíritu que ayer unió a cerca de 2.500 vecinos de Campos que en bicicleta, en patinete o a pie fueron en romería hasta el antiguo oratori de Sant Blai para recibir la bendición y beneficiarse de las cualidades curativas del santo.
El marco de la pequeña iglesia rural de Sant Blai de Campos acogió a los campaners que disfrutaron de un día en familia que comenzó con una misa solemne, continuó con una multitudinaria paella y finalizó con baile popular.
A medida que los participantes en la romería llegaban, se apresuraban a visitar la imagen sagrada de Sant Blai. Durante las primeras horas, pudieron verse largas colas para untarse el cuello con el aceite bendecido. Tal y como manda la antigua creencia religiosa, la esencia del aceite de romero bendecida por Sant Blai e impregnada sobre el cuello del fiel, preserva de enfermedades infecciosas. De este modo, tanto los más jóvenes como los mayores recibieron ayer este aceite.