TOMEU OBRADOR
Las fiestas populares del barrio de sa Torre de Manacor finalizan
hoy. Una de las conclusiones que se pueden extraer es que, un año
más, la participación ciudadana ha sido notable. Como ejemplo más
evidente, la tercera edición de la subida a pie a la Ermita, que
tuvo lugar durante la pasada noche del viernes. En total cerca de
400 caminantes en una agradable noche, en la que reinó un ambiente
de compañerismo y muy familiar.
Desde el punto de salida, la plaza de sa Torre, hasta la Ermita, distan poco más de tres kilómetros. El recorrido fue asumido en menos de una hora. Muchas pilas y seguridad, con la presencia de hasta siete miembros de la Cruz Roja. Arriba, en la explanada donde arranca la larga escalinata hasta el oratorio y las ruinas, se sirvieron ochenta litros de chocolate, quince ensaimadas de quilo y agua. También se oyeron gritos emotivos de «¡Viva sa Torre!».
Poco tiempo antes de media noche, ya sólo quedaba un reducido grupo de organizadores. Uno de los promotores informó que antaño, los manacorins ascendían hasta la Ermita el día de la Berena por Pascua. Esta tradición ya se ha extinguido. No obstante, la Associació de Veïnats sa Torre mantiene una fuerte vinculación con el oratorio de Santa Llucia, que rigió la orden de los Dominicos hasta su marcha de la ciudad.