La alcaldesa de Bunyola, Maria Cabot, ordenó el pasado domingo a la Policía Local que retirase las multas de una quincena de vehículos estacionados en la calle Nunyo Sanç, donde 48 horas antes había dicho que se colocasen señales de prohibido aparcar. Entre estos coches estaba el de la alcaldesa independiente, quien recriminó a los agentes su actuación en plena calle y los llamó incompetentes. Este hecho fue presenciado por un gran número de vecinos de la zona y personas que en ese momento pasaban por el lugar.
El municipio de Bunyola ha celebrado las fiestas patronales de Sant Mateu entre el 12 y el 22 de septiembre. A las 24.00 horas del domingo, se lanzó el «gran castillo de fuegos artificiales», desde el patio del colegio público. Una hora antes un camión de bomberos se desplazó hasta el municipio para poder actuar con mayor rapidez en caso de que se produjese algún incendio por los fuegos artificiales. Los vehículos sólo pueden llegar al patio del colegio por la estrecha calle Nunyo Sanç.
El camión de bomberos no podía subir a la escuela debido a la fila de vehículos aparcados en el margen derecho de la vía, a pesar de que se habían colocado señales de prohibido aparcar. Frente al número 7 estaba el de Maria Cabot. Tres agentes de la Policía Local fueron a la calle y sancionaron a los vehículos mal estacionados y llamaron a la grúa, que empezó a retirar coches para que pudiesen pasar los bomberos. Instantes después llegó la alcaldesa y dijo a los policías que las multas no eran válidas y que las retirasen todas. No obstante, algunos de los infractores ya habían pagado la sanción, de 60 euros cada una, aunque con una reducción del 30 por ciento. La alcaldesa también exigió al conductor de la grúa que bajase un coche que tenía cargado y devolviese los otros que se había llevado al solar que se utiliza como depósito municipal. Dos días antes, se había ordenado a los agentes desde el Ajuntament que nadie aparcase en esa calle.