La iglesia de San Bartolomé de Sóller, uno de los edificios emblemáticos de la ciudad y declarado recientemente patrimonio artístico, está sufriendo en los últimos meses pintadas en sus puertas y muros sin que se haya aportado ninguna solución al respecto. El atrio de la iglesia está siendo utilizado últimamente por pandillas de jóvenes que realizan pintadas en sus columnas, donde también orinan y en más de una ocasión se han encontrado jeringuillas.
El rector de la parroquia, Joan Oliver, se mostró preocupado por esta situación de degradación que sufre la iglesia, por ello ha solicitado una entrevista con el alcalde para pedir ayuda para frenar el deterioro, y de no encontrar soluciones baraja la posibilidad de poner rejas que protejan la zona. Por otra parte el rector también comentó la necesidad de una rápida intervención para reparar el tejado de la iglesia.