MARIA MARTÍN
Las altísimas temperaturas que se están registrando este año han
provocado que la siembra de la patata temprana se haya tenido que
retrasar cerca de un mes. Esta no es la única consecuencia de un
verano que comenzó muy caliente en los primeros días del mes de
junio y que todavía continúa con altas temperaturas, la otra
consecuencia es que gran parte de la semilla de la patata se ha
podrido antes de ser sembrada.
El ingeniero agrónomo de la cooperativa poblera Illacamp, Victtorino Píttaro, confirmó que «una importante cantidad de la semilla que se sembró a finales de julio como siempre se había hecho se ha podrido en tierra». El ingeniero indicó: «Las altas temperaturas de julio y agosto, además de la costumbre que tienen los agricultores de regar en abundancia la tierra antes de la siembra, han provocado que el suelo presente una situación óptima para incubar algunas bacterias que viven en el tubérculo en estado latente».
Victtorino Píttaro recordó que «Las putrefacciones generalizadas en las células centrales de los tubérculos, con producción de líquidos viscosos son típicas del signo bacteriano que caracteriza el género Erwinia. Esta se puede introducir durante el cultivo cuando la semilla se desarrolla, por heridas provocadas por golpes o por un abuso de agua».