M.PUIGRÒS/M.NADAL
Eran cerca de las nueve y media de la mañana cuando los xeremiers
empezaron a tocar para avisar a los habitantes de la pequeña
localidad de Moscari de que la procesión defadrí estaba a punto de
comenzar. La Festa des Fadrí sigue una especie de protocolo que
pasa por la elección del Fadrí Major por parte de las fadrines del
propio pueblo y que después, el día de la fiesta, son recogidas
delante de su casa, llevando ramos de flores, por el Fadrí Major,
que va vestido de payés y lleva una caña verde adornada con cintas
y flores, para acompañarlas en procesión hasta la iglesia para
asistir al oficio Mayor y realizar la ofrenda floral a Santa Anna
.
El Fadrí Major, este año representado por el joven Joan Cerdà, va acompañado durante toda la procesión por el abanderado, figura que se introdujo en la fiesta en el año 1996 y que corresponde al joven que el año anterior fue en Fadrí Major. El abanderado encabeza la procesión, después de los xeremiers, y lleva una bandera con el escudo del pueblo bordado. El resto del pueblo también participa en la procesión adornando sus casas y calles o vistiendo a los pequeños de payés. Una vez terminada la procesión, los moscariencs disfrutan de un aperitivo.
La Festa des Fadrí, propia de Moscari, venera a Santa Anna, patrona de fadrins y fadrines y a quien está dedicada la iglesia parroquial de esta localidad de Selva. Esta tradicional celebración fue recuperada hace unos veinte años, en 1996, cuando el entonces párroco del pueblo, Bernat Morell, acogió la propuesta de los vecinos de volver a celebrar la Festa des Fadrí.