A.B./C.V./M.V./L.P./M.B.
La aproximación del PP al PSM en municipios tan importantes como
Sóller o Manacor, o tan simbólicos como Algaida, feudo del PSOE
desde hace doce años y pueblo de Francesc Antich, ha surgido de las
agrupaciones locales con el visto bueno de Palma. El PP de Algaida
ha obtenido cuatro regidores y a principios de semana ofreció al
PSM y a UM (con un regidor cada partido), sentarse a negociar un
posible pacto con el que desbancar al PSOE, que obtuvo cinco
ediles. El «número uno» popular, Miquel Munar, dijo ayer que esta
oferta fue retirada.
Los rumores apuntaban a que se había ofrecido incluso la Alcaldía a Pere Salas, líder del PSM, pero Munar lo negó: «Jamás hubiera consentido dar la Alcaldía a un partido que solo hubiera obtenido un regidor». Salas fue más explicítico: «En la reunión de la junta local del PSM del miércoles decidimos que el PSM de Algaida había llevado estos años una política de izquierdas y que nunca pactaría con el PP. Ni aunque nos ofrecieran la Alcaldía. Así se lo comunique al PP».
En Manacor toma fuerza un posible pacto entre el PP, partido más votado, con 9 regidores, y el PSM, que sólo obtuvo 2. El martes se reunieron para negociar acuerdos puntuales. La Alcaldía podría quedar en manos de Antoni Pastor (PP) y el PSM, con Gustau Fernández al frente, le ofrecería apoyo en los temas importantes. El PSM teme volverse a equivocar si repite pacto con Miquel Riera. El PP de Maria ya ha expresado al PSM su intención de reeditar el actual pacto. Esta vez, en cambio, el candidato popular, Antoni Mulet, ha dejado claro a sus socios nacionalistas que la Alcaldía, en los últimos cuatro años ostentada por Jaume Mestre (PSM), tendrá que ser compartida. Ebatle en funciones se remitió ayer a la reunión que tendrá esta noche su agrupación, pero ya ha descartado cualquier pacto con el PSOE, la fuerza más votada el pasado domingo.