MIQUEL BAUÇÀ/MARÍA VÀZQUEZ
Dos novedades marcan las elecciones municipales en Fornalutx del
próximo día 25. De un lado, el debut de Unió Mallorquina, que hasta
el momento nunca había podido presentar una candidatura en este
término. De otro, el récord de cinco listas que se han presentado a
unas elecciones locales. La irrupción de UM en el escenario
político local bajo el liderazgo de Francesc Marroig implica una
duda general, si obtendrá representación o no, y un supuesto daño
colateral, pues la aparición de los nacionalistas de Munar en
Fornalutx es un obstáculo añadido al PP en su objetivo de recuperar
la mayoría absoluta perdida en 1999 por escasos votos.
Las cifras de hace cuatro años posibilitaron un acuerdo a tres bandas entre los nacionalistas del PSM, socialistas y Esquerra Unida-Els Verds por el que Andreu Barceló (PSOE) fue elegido alcalde para el primer tercio de legislatura y Salvador Sastre (PSM) ha ostentado la vara de mando durante los últimos años. El Pacte de Progrés en su versión fornalutxera ha funcionado más o menos bien, con respeto entre sus tres socios, con relevos al frente de la Alcaldía y con el apoyo eficaz y fiel de Onofre Bisbal, el único concejal de Esquerra Unida/Els Verds en toda Mallorca que ha ostentado responsabilidades de gobierno.
En el haber del equipo de gobierno actual figuran la compra decasa de Can Xoroi, destinado a ser un macrocomplejo sociocultural y administrativo respetando su carácter y arquitectura tradicional de la Serra de Tramuntana, aunque para ello ha contado con la inestimable ayuda del Govern. Otros logros han sido la recuperación del colegio, la dotación de nuevas plazas de aparcamiento público y, especialmente, la modernización de las infraestructuras básicas, como son la red de alcantarillado y agua potable, a pesar de las molestias que estas obras siempre provocan.