L. PLANAS/C. MORENO
El alcalde de Inca, Pere Rotger, y el conseller d'Obres Públiques,
Habitatge, i Transports, Francesc Quetglas, fueron los encargados
de proceder a la inauguración del claustro. Ambos destacaron ante
el numeroso público presente que la colaboración entre
instituciones durante los últimos diez años ha permitido la
recuperación de un importante patrimonio histórico para convertirlo
en un gran espacio cultural.
El coste de las obras de rehabilitación inauguradas ayer asciende, según estimaciones municipales, a cinco millones de euros, que han sido pagados al 50 por cien por el Ajuntament d'Inca y por la Conselleria d'Obres Públiques del Govern, que ha contado para ello con fondos europeos.
El antiguo y emblemático edificio de estilo barroco, que desde que comenzó a ser construido en 1730 ha sido utilizado como convento de los Dominicos, juzgado, prisión comarcal y dependencias de la Guardia Civil entre otros usos, dispondrá ahora de 2.038 metros cuadrados de superficie útil para diferentes servicios culturales y sociales.
En las estancias que se han creado en las tres plantas que rodean el claustro se encontrarán la biblioteca municipal con una sala infantil y otra para adultos, un punto de información, el archivo histórico y el municipal, espacios de lectura, una sala de informática, otra sala de conferencias con capacidad para cien personas, y el Departamento de Cultura, que trasladará allí toda su actividad.