El Departament de Carreteres del Consell de Mallorca está estudiando una serie de medidas para reducir al máximo el impacto ambiental de la reforma de la carretera Inca- Llubí (PM-344). Este proyecto prevé la ampliación del trazado de la carretera de 6 a 10 metros y la construcción de una rotonda en la intersección con la carretera de Muro, de forma que se eliminarán unos 7.000 metros cuadrados de encinar. El pasado mes de febrero la Comisión Balear de Medio Ambiente informó favorablemente a este proyecto, pero con los votos en contra de los representantes de la Conselleria de Medi Ambient del Govern, quienes consideraron que el proyecto podía acabar «con la mayor isla de encinas existente en el interior de Mallorca».
El director insular de Carreteras, Gonzalo Aguiar, ha explicado que entre las medidas que estudian para reducir el impacto de este proyecto figura replantar el máximo de árboles que se tengan que arrancar durante las obras. «Una de las zonas más afectadas será la de la intersección con la carretera de Muro donde se construirá una rotonda. Allí queremos replantar en los alrededores de la rotonda todas las encinas que se puedan y que hayan sido arrancadas y construiremos paredes de piedra para que no haya un excesivo impacto paisajístico», afirma Aguiar.
En este sentido, el responsable de Carreteras también ha explicado que otras de las soluciones previstas en el proyecto es la de sembrar unas 7.000 pequeñas encinas en la zona y sus alrededores con el objetivo de que el encinar afectado no pierda excesivamente sus dimensiones actuales y se pueda recuperar con el tiempo. «Tenemos muy en cuenta las consideraciones ambientales de este proyecto y reduciremos al máximo su impacto en la zona, pero este proyecto tiene unas razones importantes de seguridad que consideramos imprescindibles para los usuarios de la carretera», dice Aguiar.