Adivinar quien asumirá la Alcaldía de Montuiri a partir del 25 de mayo se antoja difícil porque el panorama está excesivamente tranquilo. Esta ha sido una legislatura en la que no ha habido escándalos y en la que la oposición ha estado muy calmada. El alcalde, Gabriel Matas, sucesor de Joan Antoni Ramonell, no ha estado en el ojo del huracán y la oposición considera que «ha sido un alcalde menos beligerante y más dialogante». Uno de los principales problemas del Ajuntament es el endeudamiento municipal. Incluso en una ocasión GESA amenazó con cortar la luz del Ajuntament. Como dato anecdótico se puede recordar la polémica generada a principios de legislatura cuando una dimisión de un concejal del PP ofreció a Ramonell la posibilidad de volver a entrar en la política municipal. Incluso los rumores apuntaban que quería volver para «controlar a un inexperto Matas». Ebatle dice que «será difícil revalidar la mayoría que tiene ahora (seis ediles) y aunque lo consiga quiere abrir las puertas a los otros partidos.
Estas elecciones se presentan esperanzadoras para PSOE y PSM, que ven la oportunidad de desbancar al PP con un pacto. El PSOE, que cuenta con dos regidores, quiere aumentar uno, y el PSM otro, llegando a cuatro. Hace cuatros años, ambos grupos se presentaron en coalición. El candidato de UM, Antoni Bennàssar, es inexperto en política pero conocido por su trabajo en un restaurante, puede quitar algunos votos a los demás. Su objetivo es tener representación.