El antiguo propietario de los apartamentos de Na Borges que compró y derribó el Govern balear en Son Serra de Marina con fondos de la ecotasa, habló ayer por primera vez para confirmar que a lo largo de las negociaciones nunca varió el precio de la operación de compra, que finalmente se cerró en 1.964.320 euros y que nunca nadie le ofreció una comisión por variar esa cifra. «Puedo jurar y perjurar que nadie me ha pedido nada así. No juego a esto; ni siquiera me lo han propuesto», dijo.
El alcalde de Santa Margalida, Antoni del Olmo, ha denunciado en reiteradas ocasiones que el propietario de los apartamentos, Joan Mulet, pidió a los responsables de Turisme en su presencia 190 millones de pesetas por el solar y no los 325 que finalmente le pagaron, por lo que podría haberse cometido alguna «irregularidad» para hinchar el precio. Así se lo notificó al grupo parlamentario del PP que desde entonces ha investigado y denunciado un «desajuste entre la tasación y el valor real de la finca».
El propietario de los terrenos, que no había querido hablar hasta ayer, dice ahora que «la insinuación que algunas personas han hecho de que pedí 190 millones de pesetas es una mentira enorme, además yo hablé en euros, tenía otra oferta por 325 millones de pesetas e hice el cálculo de que 2 millones de euros son 333 millones de pesetas, por lo que desde el principio hablé de 1'9 millones de euros».
«Cuando me llamaron del Govern para saber si el solar era mío y cuánto pedía, dije que sí y que tenía otra oferta por 1'9 millones de euros (325 millones de pesetas) y que ese es el importe por el que vendería, aparte los gastos de notario y la plusvalía», dijo Joan Mulet. Esos gastos de notario y plusvalía son los que hicieron subir el precio final de la compra hasta 1.964.320 euros.
Respecto a la tasación del solar en cuestión, afirmó: «Yo no quiero entrar en historias política. Se ha dicho de todo, hasta que vendimos dos calles públicas. Lo cierto es que yo vendí un solar absolutamente urbano, que es cierto que tiene una línea afectada por dominio público, que no pública, porque nunca me la expropiaron».