La reducción de la emisión de agentes contaminantes, como el dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno, a la Atmósfera es una realidad gracias a la entrada en funcionamiento de la nueva planta fotovoltaica de sa Ràpita (Campos), la instalación con sistema solar de mayor dimensión de Balears. De esta manera, el procedimiento de obtención de energía eléctrica a través de energía solar fotovoltaica permitirá reducir las emisiones de CO2 en más de 68 toneladas al año.
La consellera de Medi Ambient, Margalida Rosselló, inauguró ayer la nueva planta de energía fotovoltaica de la estación depuradora de sa Ràpita. Rosselló compareció acompañada del director general de Recursos Hídrics, Antoni Rodríguez; el gerente de Ibasan, Joan M. Horrach, y el alcalde de Campos, Andreu Prohens.
La energía solar fotovoltaica se genera a través de la instalación de unos paneles fijos que captan los rayos de sol, que luego son convertidos en energía a través de un inversor. Esta energía puede ser utilizada tanto para uso propio como para venderla a la red de la compañía eléctrica. Además, este sistema cuenta con motorización que permite almacenar la producción.
El procedimiento de obtención de energía eléctrica también permite un notable ahorro económico. «La energía que se produce en esta planta, que cuenta con una potencia de 98 kilovatios, se puede vender a la red de suministramiento», explicó Rosselló. El precio estipulado de venta de la energía es de 0,2 euros y se prevén unos ingresos anuales de 28.280 euros por año.
La planta fotovoltaica producirá unos 200.000 kilovatios/hora durante un año, que «equivale a la energía que consumen alrededor de 20 casas en el transcurso de un año», argumentó el gerente de Ibasan en referencia a la potencia de la planta. El alcalde destacó Campos como «pionero en energías renovables» y se refirió al proyecto de reconversión de molinos del Ministerio de Medio Ambiente como el impulsor de estas energías.