La iniciativa de peatonalizar las principales calles comerciales del centro de Inca llevada a cabo durante esta legislatura ha supuesto una importante revalorización económica de la zona y conseguir un espacio de paseo para los ciudadanos. Sin embargo, la ejecución de las obras y su resultado final está suponiendo un importante quebradero de cabeza para los responsables municipales, y el deficiente acabado del pavimento utilizado ya ha provocado numerosos accidentes de peatones al transitar por estas calles.
Las obras de pavimentación, llevadas a cabo por la empresa Construcciones Man y financiadas a través del Pla Mirall, se han realizado mediante un sistema de empedrado encajado con unas pequeñas baldosas de unos 15 centímetros de largo por 10 de ancho. Desde los primeros días tras su instalación, los problemas se hicieron evidentes y las baldosas de las zonas más transitadas, como son el carrer Major y Bisbe Llompart, se empezaron a levantar. En las zonas donde existen pasos para vehículos el pavimento no soporta la presión y en algunos sitios se han producido pequeños hundimientos.
Aparte de la incomodidad que supone transitar sobre las baldosas desencajadas, algunos viandantes, especialmente personas mayores, han sufrido caídas por tropezar con algunas de ellas. En el Ajuntament d'Inca se teme la presentación de demandas por daños y perjuicios como ya se han recibido por percances de ciudadanos sufridos en otras zonas de la ciudad.
El equipo de gobierno popular ha trabajado desde un principio en la búsqueda de soluciones para el evidente mal acabado de las zonas peatonales pero sin obtener hasta ahora ningún resultado apreciable. En un principio se estudió que los problemas en el pavimento estuviesen motivados por la filtración de los conductos subterráneos de aguas residuales. Esta primera explicación se descartó tras comprobar que el problema era la mala sujeción de las baldosas realizada por la empresa constructora que ejecutó las obras.