Educar a los padres es una de las soluciones que propone el equipo de gobierno en el Ajuntament de Manacor (ALM-AIPC-PP) para tratar la problemática registrada en los últimos meses en el núcleo costero de Portocristo, donde han aumentado de forma considerable los actos vandálicos producidos por menores. Esta cuestión fue tema de debate en la sesión plenaria celebrada el lunes por la noche en el Ajuntament de Manacor. Antoni Mestre, regidor del PSOE y ex delegado de Interior, solicitó información sobre las medidas tomadas por el equipo de gobierno para ofrecer una mayor seguridad a los ciudadanos.
En este aspecto, el delegado de Servicios Sociales, Gabriel Gibanel, expresó que habían «analizado la situación junto con el departamento de Policía» y «se ha comprobado que la problemática empieza con los padres». «El psicólogo del cual disponemos en el Ajuntament no es suficiente para abordar estos conflictos y tenemos previsto incluir una partida en el presupuesto para contratar otro psicólogo», agregó Gibanel.
La delegada de Interior, Bel Febrer, anunció que la Policía Local «tiene reconocidos a los menores responsables de estos actos pero la detención de éstos ya depende de otra competencia». El delegado de Portocristo, Jaume Brunet, expresó que «el vandalismo que hay en el núcleo costero no es superior al de otros lugares, no obstante, hace muchos años que se trabaja en este aspecto mediante la Escola Viva que trata con niños procedentes de familias desestructuradas o con problemas.
El origen de este conflicto es que estos jóvenes tienen mucho tiempo y no saben cómo llenarlo; por este motivo, los resultados de las acciones que se llevan a cabo en este momento se verán a largo plazo». El ex delegado de Servicios Sociales, el nacionalista Miquel Vives, explicó que «ha venido mucha gente de fuera. Los padres trabajan muchas horas y los hijos están solos. La solución no es fácil y los programas son caros porque no se puede confiar totalmente en el voluntariado».
«La escuela de padres puede ser una buena solución, pero también es posible que los afectados no quieran acudir a estas clases», concluyó Miquel Vives. El inmueble de Can Blanquer, también conocido como Can Socorrat o Can Bonet, recientemente adquirido por el Ajuntament, acogerá la Fundació Mossèn Alcover, donde se instalará una sala-museo con objetos y pertenencias del filólogo y convertirlo en un centro cultural.