Casi tres cuartas partes del suelo rústico del municipio de Alaró serán inedificables. Esta es una de las principales novedades que recoge la nueva normativa urbanística, que fue presentada ayer por el alcalde, Josep Gomila (PSM), y por el delegado de Urbanismo, Joan Simonet (PP). Esta normativa fue aprobada de forma inicial y ahora ha sido rectificada, teniendo en cuenta el centenar de alegaciones que los vecinos presentaron.
El planeamiento prohibirá nuevas construcciones en las zonas de interés forestal y en las Àreas Naturales de Especial interés (ANEI). Así, sólo se podrán reformar o arreglar las edificaciones ya existentes. Hasta ahora se podían construir viviendas en zona ANEI si se disponía de más de 500.000 metros cuadrados.
Además, el Ajuntament pondrá más trabas a la construcción de viviendas unifamiliares en las áreas consideradas de interés agrario. Así, se exigirá una parcela mínima de 14 quarterades (98.000 metros) para poder edificar en las parcelas segregadas después de 1985. Además, habrá que demostrar que la casa está vinculada a la explotación. En el resto de suelo rústico se mantienen las dos quarterades de parcela mínima edificatoria, pero quedan pocas parcelas de este tipo.
En cuanto al suelo urbano, la nueva planificación urbanística fija un techo de población de 5.100 habitantes, permitiendo sólo un crecimiento de 540 personas en diez años. Cualquier crecimiento del casco urbano irá ligado a desarrollo de nuevas zonas verdes hasta el punto de que en todo el núcle de Alaró se hace una previsión de 30.000 m2 de espacio libre.