La zona costera del norte de Mallorca siguió de forma muy desigual la convocatoria de huelga. Los principales afectados por el paro laboral fueron los huéspedes de los hoteles, en donde la mayor parte de los empleados no acudieron al trabajo. Así, la gran mayoría de los establecimientos hoteleros de las bahías de Alcúdia y Pollença funcionaron con los servicios mínimos.
Estos dispositivos pasaban por disponer sólo del personal para las recepciones, así como el de cocina para atender al comedor con preparados fríos. La falta de camareros se solventó con el sistema de autoservicio y poniendo cubiertos de plástico para no lavarlos. Los sindicados denunciaron el cambio forzoso de turnos y de días libres por parte de los empresarios para no coincidir con la huelga.
Por su parte, los comercios, bares y restaurantes no respondieron y abrieron sus puertas con toda normalidad.
En el Port d'Alcúdia, cerca de 200 personas se manifestaron durante un buen rato cortando al tránsito la carretera de Artà. Los sindicatos, escoltados de cerca por agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil, visitaron diversos hoteles instando a los trabajadores a secundar el paro.
En el Port de Pollença, un piquete de unos 300 trabajadores cortó el tráfico en la zona de Llenaire durante una media hora y más tarde forzaron el cierre provisional de numerosos comercios.