Los usuarios habituales del tren no tuvieron más remedio que adaptarse ayer a los servicios mínimos fijados, que funcionaron con relativa normalidad. De hecho, muchos de los viajeros expresaron su queja por lo que consideran unos servicios excesivamente mínimos.
Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) sólo previó, con la orden del Govern, que en todo el día se realizasen dos trayectos de ida y vuelta, entre Palma y sa Pobla (uno por la mañana, a primera hora, y otro, con salida de Palma, a las 20 horas).
Los viajeros consideran que se debería haber establecido otros
dos trayectos al mediodía.
La primera salida de la mañana resultó un tanto problemática, ya
que los piquetes sindicales habían colocado vigas sobre la vía y
habían encadenado un sofá. Ello obligó a los empleados a retirar
los objetos de la vía y a parar el tren, que acumuló un pequeño
retraso en su llegada a sa Pobla. El posterior convoy llegó a Palma
hasta los topes de viajeros.
De los 97 trabajadores que tiene en plantilla SFM, 93 secundaron
la convocatoria de huelga.
Por otra parte, el tren de Sóller cumplió ayer de forma estricta
los servicios mínimos establecidos que fueron muy similares a los
de SFM, ya que se realizaron dos trayectos en cada sentido por la
mañana y por la tarde.