El clima de tensión entre el Ajuntament de Calvià y los taxistas se agravó ayer, después de hacerse público el intento de incendio del domicilio del concejal socialista de Calvià Antonio García Moles, teniente de alcalde de Transportes, que está dirigiendo las negociaciones con los titulares del servicio del taxi.
García Moles detectó el intento de incendio el sábado, sobre las 2 de la madrugada, cuando se dirigió a su residencia de El Toro. Había un reguero de una sustancia inflamable y unos trapos quemados. El fuego había afectado especialmente a un macetero de madera en el porche de entrada a la casa, según relató a este diario Francisco Cano, secretario general de la agrupación socialista de Calvià. Los hechos fueron denunciaron a la Guardia Civil que confirmó el intento de incendio.
Precisamente ayer, Antoni García Moles y varios representantes municipales tenían otra reunión con los taxistas. Al comienzo del encuentro, los representantes municipales entregaron a los taxistas un escrito exigiendo un pronunciamiento claro de la comisión negociadora de las licencias de taxi en el que se rechazase la violencia y métodos de coacción. «En ningún caso, las ventajas corporativas de titulares de un servicio público municipal pueden justificar un comportamiento tan despreciable e indigno», decía el escrito.
La agrupación socialista de Calvià, que condenó el atentado contra el domicilio de Moles, también se refirió «a un grupo de taxistas radicales, herederos de los métodos y formas muy pasadas en el tiempo, que han intentado por todos los medios, mantener ventajas y privilegios a costa de todo el municipio». Cano quiso dejar claro que «no acusamos a nadie, solo ponemos de relieve el contexto político en el que está inmerso este edil».