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Calvià

Quejas en Peguera por el enorme retraso de las obras de embellecimiento

Numerosos turistas han pedido poder cambiar de hotel para evitar molestias

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Residentes, turistas y empresarios de la segunda línea de Peguera han expresado su profundo malestar e indignación ante la lentitud y el retraso con que se ejecutan las obras de remodelación y embellecimiento en esta zona turística. Además de las lógicas protestas por las molestias que ocasionan las obras (ruidos, dificultad de caminar y circular y suciedad provocada por el polvo y el barro), los comerciantes lamentan las «fuerte pérdidas económicas» y algunos hoteleros han expresado a este periódico que «docenas de clientes han pedido cambiar de lugar de hospedaje tras comprobar el estado en que se encuentra esta zona de Peguera».

Las obras de remodelación integral de infraestructuras (alcantarillado, agua potable, red de pluviales, cableado telefónico, eléctrico y de televisión) en las calles Orient, Gaviotes y Delfí, paralelas al bulevar, comenzaron a finales de 2000 pero la quiebra de la constructora, Palmenor SA, obligó al Ajuntament de Calvià rescatar la concesión y volver a adjudicarla. La nueva empresa responsable de ejecutar el proyecto, Llabrés Feliu, reemprendió la obra el pasado mes de octubre con el objetivo de acabar antes de esta inminente temporada alta.

Cuando ya han pasado siete meses, las obras acumulan un retraso preocupante. Fuentes autorizadas del Ajuntament han admitido la lentitud en la ejecución y aseguran «entender las quejas de los vecinos y comerciantes». Parte del retraso es atribuible a la modificación del proyecto inicial, al que se ha incorporado la instalación de una nueva conducción para evitar la evacuación de aguas pluviales y aguas fecales, que hasta ahora provocaba importantes problemas en el bulevar. El presupuesto inicial, que era de unos 160 millones de pesetas, se ha elevado ahora hasta cerca de 200 millones de pesetas (1'2 millones de euros).

Los afectados se quejan de la «deficiente planificación», así como de la «mala ejecución del proyecto», agregando en este sentido que son los propios vecinos quienes tienen que colocar maderas para posibilitar el paso sobre el barrizal.

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