Las obras de mejora de la red de aguas de los alrededores de la calle de Joan XXIII, en el Port de Pollença, provocan el caos circulatorio en esta zona. Vecinos del Moll protestan por la falta de previsión del Ajuntament al ejecutar unas obras de tal envergadura durante el inicio de la temporada turística y denuncian que falta señalización que ordene el tránsito adecuadamente. «Esto es un desastre, a estas alturas el Ajuntament debería de haber procurado que las obras ya estuvieran acabadas», protesta la vecina de la zona Aina Maria Alcalà, que considera que «la dejadez municipal frente a las obras es total: no hay policías que regulen el tráfico, ni suficientes señales para indicar el camino a seguir».
Alcalà tiene previsto presentar un escrito de protesta ante el Ajuntament. «Un autocar golpeó mi coche cuando éste estaba aparcado junto a mi casa», explica a modo de ejemplo. Según esta vecina del Moll, «la situación y problemas que presenta el Moll para circular son una vergüenza, el Ajuntament debería remediarlo». La queja de esta ciudadana es compartida por cientos de vecinos. La principal vía de acceso al Moll desde Pollença se encuentra cortada al tráfico en su último tramo debido a las obras de mejora de la red de aguas de la zona de Joan XXIII y a partir de la rotonda de la urbanización de Gotmar el tráfico se desvía hacia esta urbanización y hacia Síller.
Sin embargo, este tramo de vía sí puede utilizarse en sentido de salida del puerto y al llegar al centro cuando, junto a la zona de obras, se forman los colapsos y los conductores usan, sin atender a las señales, las calles que de forma más rápida les conducen a la dirección a la que se dirigen. «En la calle de La Cala, de un único sentido, los vehículos circulan en doble sentido con el peligro que esto comporta», mantiene otro vecino, para quien «vista la situación que presenta el puerto es muy raro que no se hayan producido más accidentes y golpes».