Isabel Coll Martí tiene 83 años y sus recuerdos son una lección de historia contemporánea en estado puro. Recién casada, residía en Ciutadella cuando en 1939 miembros de tropas franquistas la fueron a buscar a su casa para encarcelarla en el hospital de infecciosos de Ciutadella, convertido tras la Guerra Civil en una improvisada cárcel para mujeres.
"Fue entonces cuando se convirtió en una presa política
condenada a pena de muerte por «adhesión a la
rebelión».
"En realidad a quien buscaban era a mi madre que se había marchado
a Francia con mis dos hermanos pequeños y como no la encontraron me
llevaron a mi, que no me moví de Ciutadella porque pensaba que lo
que había hecho no era nada malo.
"¿Por qué cree que la detuvieron?
"Si me podían culpar de algo era de mi simpatía y la de mi familia
con la República. Tengo sangre universal, la que sirve para todos,
y durante la guerra solía donarla a heridos y enfermos. Así, conocí
a un médico que me animó a ayudarle en sus tareas y empecé a
trabajar en el hospital civil de San Antonio.
"Y eso fue suficiente para condenarla a pena de
muerte.
"En todos mis expedientes ponía un solo motivo de condena:
«Adhesión a la rebelión». A mi marido, que era soldado, se lo
habían llevado poco antes y acabó encerrado en una prisión de
Alcoi. Yo inicialmente estuve presa en el hospital de Ciutadella,
pero cuando quedamos pocas presas nos enviaron a Palma, donde las
condiciones eran mucho más duras. En Ciutadella, como nuestra
cárcel había sido un hospital, teníamos cama, colchones de lana y
balcones, pero en Palma no tuvimos nada de eso.
"Y al salir de la cárcel, ¿qué paso?
"Salí desterrada de Menorca y como mi marido era de Alcúdia y tenía
familia en Inca decidí quedarme en Inca. Poco después de salir de
prisión, soltaron a mi marido. Nos instalamos en Inca y echamos
raíces aquí. Día 27 Isabel Coll viajará a Madrid para recibir el
premio nacional Rosa Manzano, con el que el PSOE reconoce la lucha
de las mujeres de izquierdas por la justicia y la igualdad. «Supe
que me daban el premio hace tres días, querían sorprenderme y lo
han conseguido».