Aunque en principio, «Ajuntament, Bon Dia», es sólo una novela, existen algunos hechos, actitudes y reacciones extraliterarias que hacen pensar que se trata de algo más que de una invención producto de la imaginación de su autor. Una muestra de ello es que en las librerías y papelerías de ses Salines no se atreven a colocar el libro en los mostradores ni expositores ni, mucho menos, hacer declaraciones al respecto por miedo a represalias. Otra muestra es que algunos compradores han pedido a la dependienta: «No digas que lo he comprado». Relatos surrealistas en fin, indignos de estos tiempos, que a buen seguro darían para una segunda parte.
El autor de «Ajuntament, Bon Dia», Arnau Ramis, fue funcionario público del Consistorio de ses Salines desde 1997 a 2000, es edil del Ajuntament de Consell por el PSM y actualmente es funcionario en el de Sant Llorenç. El protagonista de la obra, por su parte, se llama Albert Reus y la novela arranca cuando comienza a trabajar en el Ajuntament de un pueblo (es Saücar) que tiene una zona costera (sa Cofraria), pensando que tiene la vida solucionada. Nada más lejos de la realidad, se encuentra «corruptos, envidias, traiciones, mentiras, frustraciones, discriminaciones, injusticias y mobbing».
Las similitudes entre los personajes del libro y los políticos y funcionarios de ses Salines no han pasado desapercibidas entre los vecinos de la localidad, ni de la zona costera y el libro se ha convertido en un auténtico fenómeno literario y social. El argumento, los nombres, las situaciones y algunos interrogantes (¿será verdad eso de la página tal?), son la comidilla de tertulias en cafés, en las panaderías y en cenas familiares. Casi todo el mundo ha leído el libro y en las papelerías han tenido que solicitar más ejemplares a la distribuidora.
Las reacciones entre los políticos del Ajuntament sobre el polémico libro son diversas. El alcalde, Joan Burguera (PP), ha manifestado: «No he leído el libro ni lo leeré, he oído hablar de él pero no sé absolutamente nada». Este posicionamiento choca con el de Antoni Caldentey que fue alcalde mientras Ramis era funcionario. «No lo he leído, pero lo leeré; por lo que me han contado hay cosas inventadas y no estoy de acuerdo con algunas otras».