La tormenta del pasado mes de noviembre provocó la caída de una parte de la muralla de Sant Salvador y, desde entonces, la amenaza de ruina y de desprendimientos se ha extendido en todo el perímetro de la fortificación cuya construcción data del siglo XVI. La superficie que cubre la muralla es de 4.000 metros cuadrados y el muro tiene un metro de anchura.
Para evitar que haya más desprendimientos en el recinto, un equipo de la brigada de Fodesma del Consell de Mallorca ha iniciado estos días las labores de refuerzo y consolidación de la muralla. De hecho, «los técnicos han detectado una serie de puntos críticos en la muralla y, por este motivo, cada año se tendrán que hacer diversas actuaciones», explicó el alcalde de Artà, Montserrat Santandreu. El equipo de Fodesma realizaba ayer por la mañana estas tareas de reconstrucción del muro extrayendo la parte externa de la mampostería para levantarla de nuevo.
Según el informe técnico, para la reconstrucción del muro se ha de proceder a la retirada de las almenas que coinciden con los desprendimientos y desmontar en vertical la parte superior que presenta algunas fisuras a causa de que se ha perdido el equilibrio en estas secciones del muro.
Después comenzará la reconstrucción integral del muro desde la zona inferior, utilizando material recuperado o, en su defecto, de otras características similares con el objetivo de restablecer el equilibrio de fuerzas y tensiones perdidas. De cualquier manera, el alcalde advierte que los terrenos calcáreos sobre los que está el recinto amurallado de Sant Salvador «contribuye al peligro de desprendimientos porque se trata de un suelo muy débil». La muralla de Artà, que aunque es de origen musulmán data del siglo XVI, fue objeto de una profunda restauración en el año 1967 en que se reconstruyeron las almenas. El Consell, a través de Fodesma, aporta el personal y el Ajuntament, el coste del material.
Sant Salvador: un lugar mítico para la
defensa
Sant Salvador es «el lugar mítico por excelencia de los
'artanencs'» y se halla situado «en un enclave céntrico y
estratégico para la defensa de toda la comarca de Artà», explica
Antoni Gili, en un publicación realizada por el Ajuntament de Artà.
Del recinto de Sant Salvador, destacan las grutas situadas al
suroeste sobre las que se levantan las murallas. Por otra parte,
«las grandes piedras que sostienen las mismas murallas» hacen
pensar en la existencia de un asentamiento talaiótico. Las obras de
reconstrucción más importantes se realizaron en el siglo XVI. En
tiempos posteriores, los derrumbes de parte de la muralla se han
ido reconstruyendo con cuidado hasta que, en el año 1967, la
muralla y el recinto fueron restaurados por el impulso de la
sociedad de Amigos de los Castillos. En esta actuación, se dio más
altura a las torres.