El butanero protagonizó ayer una atípica mañana en Porreres. Plantó su vehículo en la plaza, a pocos metros del Ajuntament, y, por tercera vez, se limitó a cumplir con su trabajo desde la céntrica explanada de la localidad de es Pla. Así las cosas, los vecinos se vieron obligados a trasladar bombonas desde sus respectivos domicilios hasta el vehículo de la empresa Repsol Butano, con su propio coche o a pie. Una vez aquí, se intercambiaban las bombonas y el conductor, que sí se ocupaba de cargarlas, cobraba también el dinero.
Las críticas por parte de los ciudadanos fueron constantes. Muchos jóvenes, adultos y mayores se expresaron indignados al conductor en cuestión, manifestándole algunos: «Esto no puede ser. Es ilegal. Mucha gente con algún tipo de minusvalía se ve perjudicada y esto es una total falta de seny».
Ante tanta crispación, el conductor llegó a decir: «No quiero saber nada. Yo soy un mandat y si queréis quejaos dirigíos a la empresa». En varios momentos, el trabajador se mostró algo nervioso y llegó a advertir a este periódico indicando: «Ens toparem», en tono amenazante. El Ajuntament de Porreres ha remitido tres cartas; una a la empresa, otra al Govern y una al Consell para «recuperar la calidad del servicio y encontrar un remedio».