El Ajuntament de Calvià aprobó ayer los presupuestos municipales para 2002 con los únicos votos a favor del equipo de gobierno socialista y en contra de la oposición. Los portavoces del PP y UM criticaron con dureza una previsión económica que consideraron «vacíos de contenido» y «llenos de humo». Los presupuestos consolidados del Ajuntament ascienden a 19.000 millones de pesetas y representan un incremento del 24 por ciento respecto al ejercicio que ahora concluye.
El concejal del PP responsable de los temas económicos, Rafael Garau, denunció que en los presupuestos «faltan iniciativas» y criticó los excesivos gastos corrientes y en asesorías. En este sentido, denunció que los gastos corrientes serán 800 millones de pesetas más altos que en 2001, y que en asesorías y estudios técnicos se gastarán 1.400 millones. Garau también denunció que la deuda municipal es tan elevada que cada día se pagan diez millones de pesetas en concepto de amortización de capital y pago de intereses. En esta línea, expresó su enfado porque al ciudadano apenas le llegan las migas. «De cada diez pesetas que paga el ciudadano sólo dos se destinan a servicios que recibe», explicó.
El concejal de UM, Isidre Canyelles, echó en falta más dinero para las áreas de Cultura y la promoción del pequeño comercio, criticó la subida exagerada de la tasa de basuras y dijo que además de la promoción de viviendas sociales, las inversiones son muy pobres. «Dan bandazos», dijo Canyelles, «y así nada llega a consolidarse». En su opinión, los presupuestos de 2002 son «mucho humo».
El concejal de Hacienda, el socialista Antoni Manchado, dijo sentirse «orgulloso» de estos presupuestos y parafraseando a Aznar dijo que «Calvià va bien». En su opinión, los concejales de la oposición «van equivocados» con sus críticas y dijo que la previsión municipal es una apuesta «por la cohesión social y la consolidación de un ciclo de inversiones».