Centenares de niños y jóvenes de Binissalem participaron ayer en una multitudinaria batalla con 8.500 kilogramos de uva como única munición. Organizada por segundo año consecutivo por los jóvenes de la localidad, con la popular batalla Binissalem dio el disparo de salida de las Festes des Vermar. La fiesta se inició a la una del mediodía cuando jóvenes y niños se reunieron en la plaza Major de Binissalem. De allí, al son de las gaitas y acompañados por el alcalde Miquel Nadal (PSOE) partieron hacia un solar vecino al polideportivo municipal donde les esperaban alrededor de 8.500 kilogramos de uva procedentes de diversas viñas del municipio.
Tras el tsus que marcó el inicio, jóvenes y niños se abalanzaron sobre las montañas de uvas y se inició una lucha consistente en «lanzar uva con mala uva». La fruta se agotó en pocos minutos, pero con ella no acabó la fiesta. Los más atrevidos continuaron simulando peleas y rebozándose de barro hasta que el hambre y el cansancio les vencieron. La II edición de la singular batalla ha creado polémica en Binissalem. Mientras la mayoría de jóvenes se ha volcado en la captación de donaciones a través huchas colocadas en bares y locales del pueblo, hay quienes consideran que se trata de una manera absurda de malgastar alimento.