Cala Ferrera, en el término municipal de Santanyí, probó las mieles de la suerte en la noche del pasado domingo. El número 82.611 de la ONCE repartió 495 millones de pesetas entre unos 25 vecinos de la zona. La organización pro ciegos repartió 49 premios de cinco millones de pesetas que se vendieron la mayoría en el Bar Bon Sol de Cala Ferrera. Capítulo aparte merece el ganador de la serie que ha sido agraciado con un «sueldazo» de 10 millones de pesetas anuales durante 25 años. Este periódico intentó ayer localizar a esta persona, pero sus amigos y allegados comentaron que no se creía que le había tocado y que no había aparecido por la zona costera. Alguien apuntó que probablemente haya viajado a su localidad de origen en Granada para compartir la alegría con su familia.
La mayoría de los agraciados son asiduos clientes del bar Bon Sol regentado por Alfredo López, quien explicó que los ganadores harán un buen regalo a Rafael Toledo Peralta, el vendedor de la ONCE que dejó los cupones en el bar donde fueron vendidos. López manifestó que «este vendedor nos ha dado suerte, porque es la segunda vez que deja cupones en el bar». Uno de los clientes del Bon Sol explicó que «la suerte ha estado muy repartida» y añadió que fue justa porque «ha tocado a gente trabajadora».
Entre los ganadores hay una familia que vivirá un poco mejor desde el domingo por la noche. Se trata de la familia Santaella de la que diez de sus miembros ganaron dos premios de 10 millones de pesetas y ocho de 7 millones. Algunos miembros de esta familia, que se instaló en Mallorca hace más de 20 años procedente de Granada, comentaron que el dinero les servirá para tapar agujeros, para hacer algún viaje o comprar un coche.