El arqueólogo felanitxer, Bartomeu Salvà, alerta que «el castillo de Santueri tiene problemas estructurales. Existen algunos tramos que están a punto de caerse». Concretamente, Salvà hace especial hincapié en «una torre cuadrada, pequeña y estrecha que está en la parte derecha de la fachada. Tiene un agujero inmenso y puede venirse abajo». El peligro llega a tal extremo que Salvà advierte que «a esta torre le queda un año, dos o diez, no lo sé, pero cualquier día caerá y puede caer sobre alguien».
El edificio es de propiedad privada. En este sentido, en opinión del arqueólogo, las actuaciones en el Castell de Santueri «deberían ser rápidas. No he llegado a saber quién debe hacer la restauración, porque intervenir en un lugar que no es tuyo es un poco complejo». Por otra parte, existe el sentimiento patrimonial. Salvà, afirma que dejando de lado el peligro que entraña la posible caída de la torre, sería un desastre desde el punto de vista patrimonial. «Después, todos estaríamos tristes. Es un lugar emblemático», apunta.
El Consell de Mallorca realizó hace unos años un estudio de los castillos roquers que hay en la Isla y en este plan se marcaron las actuaciones a ejecutar en el Castell de Santueri. Unos años más tarde se ha constatado que no se ha hecho nada, a pesar de las continuas denuncias de técnicos autorizados sobre el peligro de derrumbe. Construido en tiempos de la dominación árabe, el Castell de Santueri fue el último reducto del poder islámico en Mallorca.
El rey Jaume I lo conquistó a los musulmanes en 1231. El recinto, limitado por una serie de precipicios inaccesibles, tiene forma triangular. Está formado por un muro flanqueado por torres cuadradas con excepción de la del homenatge cuya planta es de forma circular.