Para los alcudienses hablar de la Trienal significa emoción, devoción y respeto a la tradición que conmemora el milagro del sudor de sangre y agua de la imagen del Santo Cristo acaecido el día 24 de febrero de 1507. Mañana, 26 de julio, después de la misa solemne que se celebra a mediodía, saldrá la procesión con la venerada imagen. Una de las personas que más de cerca ha vivido los actos religiosos que rodean esta fiesta es el alcudiense Domingo Corró, parapsicólogo y quien fuera por espacio de muchos años sacristán mayor de la parroquia de San Jaime de Alcúdia.
Corró recuerda los hechos: «A causa de una fuerte sequía fue sacada la imagen "entonces de un crucificado existente" en procesión hacia la cueva de San Martín. Allí sudó sangre y agua, hecho que quedó notarialmente destacado por los notarios Francisco Aixartell y Antonio Seguí. Luego llovió mucho y empezaron a acudir a Alcúdia peregrinaciones de toda Mallorca».
«Cabe destacar que ninguno de los dos testigos notariales hablan de prodigio ni milagro, sino que se limitaban a declarar lo que sus ojos habían visto. Hago hincapié en que el portador de la imagen, un presbítero, se dio cuenta de que sobre sus espaldas caían gotas de agua mezcladas con sangre. Dio cuenta del hecho cuando llegó a la parroquia de Alcúdia y, luego, tanto los notarios como autoridades y pueblo quisieron visitar el lugar donde había estado la imagen situada en la cueva, comprobando que no existía humedad».
«En 1696 se acabó la construcción de la capilla dedicada al Santo Cristo con un nicho bastante reducido y se instauró la trienal después de cuatro días de fiestas, saliendo el último día la procesión por la tarde y así cada tres años hasta 1706. Desde 1860 sale después del oficio». Esta tradición se ha mantenido hasta hoy y la imagen no ha sufrido deterioro. Se cambió la cruz y el camarín sufrió una remodelación alargándose por detrás de la capilla, siendo sus principales promotores Damián Ramis Mut e Isabel Vanrell Cabanellas, a iniciativa del canónigo Enseñat».