El refugio ha sido habilitado en la antigua estación telegráfica de Muleta, enfrente del faro del mismo. El edificio fue construido en 1912 y retornado al municipio hace apenas una década en estado ruinoso. El nuevo alojamiento para excursionistas tiene una capacidad de 30 plazas y también ofrece el servicio de comedor. En el edificio principal, de casi 200 m2 en dos plantas, están la cocina, el comedor y el dormitorio comunitario. Fuera, en un anexo, hay un almacén, una sala de reuniones y los aseos. En el exterior han sido habilitados espacios para el descanso y el pícnic.
La rehabilitación del complejo ha costado 105'7 millones de pesetas, de los que 73'2 han correspondido a la mano de obra y los 32'6 restantes al material. Los trabajos de acondicionamiento de las viejas dependencias militares han sido realizados por los 24 alumnos-trabajadores de la escuela-taller Vall de Sóller, que también han operado en el oratorio de Santa Catalina, futuro museo marítimo del Port de Sóller. El Consell ha aportado 45'7 millones de pesetas, mientras que el Ajuntament ha financiado 20'7 millones, el Inem otros 33'4 millones y la Unión Europea los 5'9 millones restantes.
Munar expresó su satisfacción por haber recuperado otro edificio que se suma al refugio pionero de Tossals Verds (Escorca). El alcalde Arbona agradeció la posibilidad de que Sóller se pueda integrar con un edificio de estas condiciones en la Ruta de Pedra en Sec, que recorre la Serra de Tramuntana desde Andratx hasta Pollença por los viejos caminos de montaña. Belarmino Vigara, subdirector provincial del Inem, manifestó su orgullo por haber podido recuperar unas instalaciones a la vez que se ha enseñado un oficio a un grupo de jóvenes.