El grupo popular en la oposición del Ajuntament de Manacor decidió abandonar ayer noche la sala de plenos después de que su moción para aplazar la a ampliación de los aparcamientos de na Camel·la fuera rechazada por el equipo de gobierno (ALM-UM, AIPC, PSM y PSOE) y se diera paso al punto de ruegos y preguntas. La portavoz popular, Catalina Sureda, explicó que «por respeto al público que ha venido a debatir el tema de los aparcamientos, nosotros no haremos ningún tipo de preguntas para que ellos puedan hablar». Dichas estas palabras, los regidores se levantaron y dejaron la sala de plenos.
Sorprendentemente, los vecinos que estaban en contra de las obras, después de esperar su turno para exponer su postura, también abandonaron la sala, argumentando: «Si no se escuchan entre ellos cómo nos van a escuchar a nosotros». Acto seguido, se fueron sin aprovechar la oportunidad de poder intervenir y hablar con el alcalde. Alrededor de un centenar de personas llenaron la sala de actos, pero no todos estaban en contra de la ampliación de los aparcamientos, sino que había un sector a favor. La mayoría de estos eran comerciantes y empresarios, algunos representantes de PIMEM.
La sesión plenaria transcurrió con normalidad hasta que el PP presentó la moción de urgencia, en la que pedía al Ajuntament que se paralizaran las obras de ampliación del párking de na Camel·la, diera prioridad a los aparcamientos de la Plaça de Sant Jaume y solicitara una subvención a la Conselleria de Comerç i Indústria para realizar dichos aparcamientos.
Durante el debate de la moción, el PP atacó a los grupos del pacto al decir que eran incoherentes en sus declaraciones, porque unas veces decían estar en contra y otras a favor. El portavoz del PSM manifestó que «cuando vimos la oposición popular quisimos volver a estudiar la situación. Incluso nos planteamos romper el pacto si hacía falta, pero después de llevar a cabo una intensa valoración, decidimos apoyar la ampliación del párking y dar apoyo al equipo de gobierno».
Por su parte, Francesc Acuñas (PSOE) se mantuvo en decir que personalmente estaba en contra pero «la cultura de pacto, que el PP no sabe lo que significa, te obliga a veces a ceder y otras a pedir, y nosotros hemos apoyado la decisión de la mayoría». Sureda siguió incidiendo en sus mismos argumentos aunque cuando pidió al pacto que «pongan guapa na Camel·la, respetando el tiempo y la historia», los vecinos contrarios a los aparcamientos aplaudieron su intervención. Finalmente, el pacto rechazó la moción del PP y los vecinos soltaron gritos como: «Esto parece un circo», «el alcalde nunca ha querido hablar con nosotros». Al final, los comerciantes dieron la enhorabuena al alcalde Miquel Riera.