La prohibición de mover animales de granja susceptibles de contagiarse o ser portadores de la enfermedad de la fiebre aftosa tuvo ayer su repercusión en la tradicional Fira Artesanal, Industrial, Agrícola i Ramadera celebrada en Sant Joan. Los visitantes no pudieron contemplar, por primera vez desde hace 10 años, las muestras de cerdos, vacas y ovejas.
Con el objetivo de solucionar la falta de ganado porcino, vacuno y ovino, animales de alto riego en la transmisión de la enfermedad altamente infecciosa, el colectivo de cazadores de Sant Joan, organizó en la Plaza de la Constitución, una exposición con las piezas de caza más codiciadas por este colectivo. En este sentido, los visitantes pudieron contemplar una variada muestra de perdices, faisanes, codornices, conejos y perros de caza de distintas razas. La Mostra ramadera de Sant Joan también contó con un reducido número de ejemplares equinos. No faltaron los burros autóctonos.
El regidor de Ferias y Fiestas, Miquel Torrens, comentó que «las restricciones en el movimiento de algunas especies de animales por la fiebre aftosa, también ha hecho suspender la exposición de uno de los mayores atractivos de la feria, las cabras salvajes procedentes de la emblemática finca de Es Calderers». No obstante, Torrens advirtió que «la exposición promovida por los cazadores ha sustituido a la muestra más tradicional».
El president del Govern les Illes Balears, Francesc Antich inauguró la fira junto al alcalde de Sant Joan, Gabriel Mora, y demás autoridades autonómicas y locales, que realizaron un recorrido por las diferentes calles del centro de la localidad.