La crisis de las «vacas locas» ha alcanzado al sector textil de las Islas. La escasez de piel de vacuno ha obligado a fabricantes de zapatos de toda Europa a incrementar el uso de otros materiales como la piel de cordero, utilizada habitualmente por los fabricantes de prendas de piel. Así, el incremento de la demanda de piel de ganado ovino ha disparado los precios, de manera que en los últimos 8 meses el precio del entrefino del país (piel de cordero española) ha subido hasta un 45%.
Las principales empresas del sector mallorquín de confección en piel, ubicadas en Inca, han comenzado a sentir los efectos de la crisis de las «vacas locas», que repercutirá en el bolsillo de los consumidores. «Se está confeccionando menos piel de vacuno y muchos fabricantes de calzado han optado por introducir cordero en sus colecciones», explica Miquel Vallori, gerente de Heitorn. Ramón Sebastiá, gerente de Munper, asegura que «en Piel España estaba en boca de todos que los precios están aumentando cada día».
De la misma opinión es Antonia Gual, de Tuent, que cree, sin embargo, que la subida del precio de la piel ovina no se debe exclusivamente a la crisis de las «vacas locas». «Lo que ocurre es que cada vez hay una mayor demanda de piel (cada vez está más de moda) y los precios suben. No sé hasta qué punto el sector del calzado puede emplear piel de cordero». Lo cierto es que el incremento en el coste de las materias primas ya se ha dejado notar en los bolsillos de los consumidores. Según explica Miquel Vallori, de Heitorn, «el cliente que compra la prenda en la tienda se dará cuenta de que el precio ha subido entre un 20 y un 25 por ciento».
Los responsables de las principales empresas de piel ubicadas en Inca coinciden, además, en señalar que el incremento de la demanda está retrasando el suministro de piel de cordero. «Antes tardaba un mes en llegar a la Isla y ahora hay que esperar más de dos meses», explican. Ramón Sebastià, gerente de Munper, explica que «el cliente busca un bajo precio pero las industrias de Mallorca, fundamentalmente artesanales, se ven obligadas a pagar más por el cordero y han de competir en precios con Marruecos y China».